SIGUEN LAS DECEPCIONES. TIENEN QUE PAGARLO CARO... O ,FINALMENTE, NO NOS VAMOS, AUNQUE SÓLO SEA POR JODER!!!.

No hay alegría en la casa. Hay desánimo por doquier. Mientras, en sus despachos conspirativos, con la trampa artera entre los dientes amarillos de un pitillo apretado hasta la ceniza del ERE, apenas flota una sensación de alivio agrio, de tocomocho, de "ya está", de liberación compartida entre unos sindicatos y una dirección perfectamente copulados y con un contrapunto pusilánime de remordimientos livianos y asumibles. Nos la han metido doblada y sus planes van adelante, pero nos ven cada hora y ven nuestros caretos cincuentones, hastiados y orgullosos... dispuestos a todo! Y eso les jode.. Tenemos la última palabra!!!!!

Por ejemplo, el del entrañable y cándido Guillermo Orduna, que ha escrito así una carta al director de El País.

"El acuerdo ratificado por una mayoría de trabajadores desmotivados y sin perspectivas, consagra el desmantelamiento de la radiotelevisión pública, al que los sindicatos se han resignado a cambio de unos cientos de contratos a jóvenes profesionales, tan necesarios en la plantilla, pero que engrosarán las filas de mileuristas y de paso permitirán el mantenimiento de la representación sindical.
Los actuales responsables de RTVE han suscrito una reconversión brutal y a destiempo de una empresa con peso en la sociedad española desde hace 50 años. Ineficaz en buena medida, y desproporcionada, pero por el abuso político sin escrúpulos que se ha hecho de ella. Había que abordar la reforma, pero no de esta manera, con una operación quirúrgica de urgencia, hoy por hoy de muy dudosa eficacia. Han logrado aligerar la plantilla, pero en el camino se dejan muchos cadáveres profesionales."

O el del presidente de la Asociación de Afectados por el Plan de Saneamiento, Miguel Ángel Pérez Marqués, quien, tras denunciar las trabas que la dirección puso a quienes se oponían al Plan, narra a Periodista Digital las reales condiciones del referéndum que nos echará a la calle:

"Desde los sindicatos y la SEPI se amenazó a los trabajadores diciendo que si no se aprobaba este preacuerdo, los algo más de 4.165 despidos podrían convertirse en 6.000. Además, también se dijo a los trabajadores contratados que no es que le fueran a hacer fijos porque tenían ese derecho, sino que la única forma para lograrlo era votar sí en la mencionada consulta.
Quien tiene que decidir sobre la inconstitucionalidad de este ERE es el Tribunal Constitucional. Bastaría que cualquier afectado llevara este tema a los tribunales para que todo este proceso pudiera meterse en un callejón sin salida. Nosotros nos ofrecimos para tratar de que este plan fuera menos traumático y tuviera el menos coste social posible. Pero la directora general, Carmen Caffarrell, nos contestó en una carta que el ERE iba a ser estupendo y voluntario. Por tanto, ese apoyo lo rechazaron. Ellos sabrán porqué. Pero lo cierto es que el resultado es que hay un 47, 3 % de los trabajadores que están en contra del plan."