16.2.08

ESCUELA DE PERIODISMO

GABILONDO: EL PADRE DEL "TALANTE"


PD/Época)Su infancia son recuerdos de la playa de la Concha, y del mercado de la Brecha, donde su padre trabajaba. Quien conozca San Sebastián ya sabe que no se puede imaginar una niñez mejor, y así la cuenta Gabilondo, con una pizca de nostalgia por esa España en blanco y negro, cuando Polanco era sólo uno más en la centuria García Morato del Frente de Juventudes y Janli Cebrián todavía soñaba con escribir en la Prensa del Movimiento.
O sea, la España de los Alcántara, porque precisamente Iñaki se llama José Ignacio Pedro Alcántara Gabilondo Pujol. Nació en 1942 y fue el primero de los nueve hijos que ese carnicero de la Brecha, su padre, se encargó de sacar adelante con esfuerzo. De su madre heredó los ojos azules, y de los dos, al parecer, su amor a la radio, a la que se pegaba desde muy pequeño. De hecho hizo periodismo para hacer radio, cautivado por esas ondas mágicas de los cincuenta, en las que flotaba la voz de Bobby Deglané. Pero antes tenía que terminar sus estudios en el colegio Sagrado Corazón, y cumplir su servicio militar en el Ejército del Aire, en Zaragoza.
ADMITE INTEGRA SU CHARLA CON ZAPATERO
El director y presentador del informativo de noche de Cuatro ha pedido disculpas por la distribución de las imágenes posteriores a la entrevista con Rodríguez Zapatero diciendo que fue un "descuido" y "un fallo de mal anfitrión".En las citadas imágenes, el candidato a la reelección por el PSOE afirmaba, creyendo que los micrófonos no recogían sus palabras, que los sondeos van "sin problemas" para los socialistas, "lo que pasa es que nos conviene que haya tensión".
Al tratarse de una entrevista al presidente del Gobierno, Cuatro tiene la obligación de enviar las imágenes de la entrevista a todos los medios que se lo soliciten.
El canal del Grupo Prisa lo hizo así, aunque sin prestar atención a los segundos finales del encuentro, los que coinciden con la aparición de los títulos de crédito.
Durante la charla, Zapatero aseguraba:
"yo voy a empezar, a partir de este fin de semana, a dramatizar un poco".
Añadía que esta estrategia "nos conviene mucho", porque "si no, la gente...".
24 horas después, Iñaki Gabilondo ha presentado la conversación completa en el arranque de su informativo porque "contra la exageración no hay nada como la información".
Según el periodista, el contenido de la charla es "de lo más convencional", "en ningún modo relevante" y calificó lo dicho por Zapatero de "pequeña táctica de campaña".
Por la mañana, el periodista aseguró no recordar que Zapatero le dijera que "a partir de este fin de semana iba a dramatizar un poco" ya que, según apuntó, "me habría llamado la atención".
UNA BIOGRAFIA DE NOVELA
Él mismo afirma, de su juventud, cuenta Kiko Méndez-Monasterio en Época que la cercanía con la frontera francesa le permitió cercarse a otra Europa, descubrir los biquinis y ver películas picantes.
Su generación pone tanto énfasis en estas cosas que a menudo me pregunto si realmente deseaban la llegada de la democracia o si solamente pretendían un desahogo hormonal. Teniendo en cuenta que su aportación cultural es el destape, me inclino más por lo segundo.En cualquier caso, Iñaki nunca fue un activista contra la dictadura. Tiene la biografía de un niño bueno, estudiante aplicado que se licenció en la Universidad de Navarra y que empezó su carrera profesional en la COPE de su ciudad.
En 1969 pisó por primera vez la SER, en Radio San Sebastián; después en Sevilla y, por último, en Madrid, donde llegó para dirigir Hora 25.
Por aquel entonces, en 1981, aún existía el centro, y la UCD le hizo director de los informativos de RTVE, donde le tocó nada menos que lidiar con el 23-F. De hecho, debutó en la pantalla para anunciar el mensaje del Rey, después de que los militares que habían tomado la emisora recibieran la orden de retirarse.
Poco después dejó la tele, y ahora que ha vuelto debe soñar con la audiencia que consiguió esa noche, cuando toda España estaba pendiente de su informativo. Ahora no le ve nadie. Bueno, alguien sí, hace poco consiguió su mayor cuota de pantalla: fue el día que entrevistó a Mariano Rajoy.
Vuelta a la SER
Iñaki ha hecho de todo, pero lo suyo es la radio. Cuando volvió a la SER, y después de algunos intentos fallidos, encontró al fin, con Hoy por Hoy el formato que le convertiría en leyenda viva de las ondas.
Se impuso entonces un horario monacal, levantándose a diario a las cuatro y cuarto de la mañana y procurando no recogerse después de las nueve. Eso sí, se echaba siesta.
Casi 20 años al frente de ese programa le depararon todo tipo de éxitos, a la vez que una sincronía cada vez mayor con el partido socialista. Pero desde el principio dejó claro que sus modales no eran los de Alfonso Guerra, ni los de Carlos Carnicero. No. Iñaki empezó a depurar un estilo propio: suave, a veces melifluo, siempre progre, pero muy profesional.
Según algunos de sus críticos, es en realidad el verdadero inventor del "talante", una máscara sofisticada que oculta el fondo radical de su discurso, pero que sirve para tachar como fascista y antidemocrático a cualquiera que tenga la osadía de oponerse a su rodillo.
El truco es viejo. Pero tiene un éxito sorprendente.
Cuatro
Hay quien dice, con mucha maldad y cierta envidia, que el número de la cadena de Prisa se ha escogido para informar sobre el share de Gabilondo, y la verdad es que su apuesta televisiva no acaba de cuajar.
Su informativo nocturno es curioso, muy personal y con editorial incluido, pero queda a años luz de lo que era Gabilondo en la radio.
Ver a Iñaki en vivo, a pesar de su buena imagen, desvanece bastante el hechizo que ejercía desde las ondas: el tono sigue siendo el mismo, pero el gesto y la mirada no tienen la convicción que transmitía el micrófono.
Su última intervención ante Rajoy, dura, inquisitiva, constante y sis descanso, contrasta mucho con la entrevista-masaje que dispensó a Zapatero y eso afecta a la credibilidad.
Con Rajoy, sólo le faltó mostrar las fotos de los bombardeos de Bagdad o una gaviota muerta por el chapapote. Su actitud es una buena referencia sobre la campaña que nos espera, porque cuando los defensores del talante se juegan el poder se olvidan muchísimo de las maneras corteses, del respeto y del diálogo.
A pesar de todo, nadie puede negarle su valor profesional. No sólo por los innumerables premios que ha recibido, sino por el aval, renovado año tras año, de muchísimos oyentes, los que le convirtieron en el locutor más escuchado de la radio española.
Sería estúpido cuestionar que Gabilondo es un gran periodista. Hace poco dejó otra muestra de ello al rectificar en público una información sesgada, que le habían colado sus colaboradores, sobre una manifestación de la AVT. Quizá estos detalles son los que marcan la diferencia.
YA ES ABUELO
Iñaki tiene tres hijos, y ya es abuelo. Podría haberse retirado en plena cresta de la ola, pero sigue en la brecha y no da la impresión de que lo haga por dinero. Es indudable que sigue viviendo con pasión el periodismo.
En su haber y por la mano del ministro Jesús Caldera, tiene la Medalla del Trabajo. Porque trabajador lo es y mucho. Pena de pifia la del micrófono.

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