EL E.R.E. e.r.a un TELE-CHOLLO

Luis Fernández convierte en pleno ERE a Tele5 en un caladero para puestazos en TVE
(PeriodistaDigital).-

RTVE está en un periodo de reajuste que se está convirtiendo más bien en uno de desbarajuste. Cuando a muchos de los grandes profesionales de la casa les ha caído el ERE como un mazazo, Luis Fernández, director del Ente público, se está dedicando a hacer nuevos fichajes para puestos relevantes. Uno de los más significativos fue el de la hija de Juan Luis Cebrián. Ahora, está pescando en Telecinco. A mediados de octubre, Eva Cebrián, hija del Consejero Delegado de PRISA, se convertía en la nueva directora de Programas de TVE, la de todos. Luis Fernández conseguía convencerle para que dejara su trabajo como representante del cantante Bisbal y pasara a formar parte de los directivos, junto a él mismo, de RTVE.
A esta incorporación hay que sumar otras nuevas. El martes se incorpora como subdirectora de programas especiales Begoña Chamorro, que fue editoria de Hilario Pino. La incorporaciçon de Chamorro se suma a la de Alejandra Herranz, fichada para el informativo de medianoche de La2.
Además, también está la incorporación de María José Prieto Falcón, productora en Tele5 y contratada como gerente de la orquesta y coro de RTVE. Prieto está casada con Álvaro Rivas, editor durante muchos años de Àngels Barceló y ahora editor en La Sexta.
A los fichajes se suma el de Juan Bautista Jiménez, al que se le va a poner despacho en el centro territorial de Bilbao y al que se le encargaria formar un supuesto equipo de investigacion. Jiménez ya recibio la oferta de ser director en el País Vasco, la oferta se la formulo Pachi Lopez.
Estos fichajes están produciendo úlceras en el estómago de TVE. Mientras está en marcha el ERE, que va a afectar a gran número de trabajadores de la plantilla de la televisión pública, se está contratando a personal nuevo.
Además, y por si esto fuera poco, estas contrataciones se están produciendo pasando por encima del director de informativos, Fran Llorente, al que no se le está dando ni voz ni voto en las decisiones.
Y, sobre todo, se está pasando por encima del personal de la casa, que no las huele, y que ve como se margina su trabajo.