
Lo publica La Razón:
El agujero de RTVE, metro a metro: TVE gasta al año cerca de un millón de euros en alquileres de inmensas oficinas y viviendas de los corresponsales.
Susana Calvo / Madrid
Cuando a un estudiante de periodismo se le preguntaba por qué había elegido esa carrera la mayoría contestaba que porque quería ser corresponsal de guerra. Las generaciones de hoy en día cambiarán de opinión y desearán ser corresponsales... pero de TVE. Un informe al que ha tenido acceso LA RAZÓN en el que se detalla el coste -correspondiente al año 2005- de los alquileres de oficinas y viviendas de los corresponsales que trabajan en el extranjero, confirma que pese a su deuda de más de 7.800 millones de euros, la cadena pública no escatima en recursos para mantener a los 17 profesionales y a sus equipos pendientes de la actualidad en todo el mundo. En 2005, el Ente Público gastó cerca de un millón de euros (965.424) sólo en los alquileres de las oficinas y viviendas de sus corresponsales de TVE, sin contar los de RNE. 300 metros en Rabat Lo primero que llama poderosamente la atención del informe son las dimensiones de los hogares. La mayoría de las casas sobrepasa ampliamente los 100 metros cuadrados. Pero el caso de Miguel Ángel Idígoras, corresponsal en Rabat es digno de mención pues reside en una casa de 300 metros en Marruecos por la que RTVE paga al mes 2.064 euros, cifra que se puede considerar barata al lado de la de otros de sus compañeros. Los caseros de la veterana Rosa María Calaf, que actualmente se encuentra trabajando en Honk Kong, cobran al Ente público la friolera de 3.500 euros al mes por una vivienda de 100 metros con plaza de garaje. Otro de los datos reveladores de este informe es la residencia de 160 metros cuadrados que tiene alquilada Vicente L. Botín en La Habana por la que tiene que abonar al mes 3.600 euros, aunque en este caso es el gobierno cubano el que asigna las casas a los corresponsales extranjeros. Las siguientes en el ránking de alquileres desorbitados son las corresponsales en Estados Unidos. Ana Bosh, que envía sus crónicas desde Washington tiene fijada su residencia de 150 metros en Willar Avenue por la que paga 2.700 euros al mes. Por su parte, Rosa María Molló se «conforma» con un apartamento de 80 metros en una de las calles más importantes de Manhattan que le cuesta a la cadena pública 2.900 euros mensuales. Estas mismas cifras son las que se manejan en las principales corresponsalías de Europa, aunque algunas de las casas son más modestas. Tal es el caso de Daniel Peral que habita en el Barrio de Chiado de Lisboa en una de 100 metros por la que paga 1.600 euros. La casa de Enrique Peris en Londres tiene 110 metros y está situada en uno de los mejores barrios de la capital británica y eso se paga a unas 41.412 libras anuales (2.260 euros al mes). Los 160 metros de la casa de Luis de Benito en la céntrica Place des Martyrs de Bruselas cuestan 2.200 euros al mes. Y si las viviendas son espectaculares, las oficinas en las que trabajan los periodistas también cuentan con unas dimensiones fuera de lo normal. Aunque los medios técnicos para realizar el trabajo televisivo han de contar con una infraestructura de grandes dimensiones y normalmente los periodistas trabajan con productoras con las que comparten servicios con todo el edificio, es destacable que Molló y su equipo cuenten con una oficina en Madisson Avenue de Nueva York que cuenta con 255 metros cuya renta anual asciende a 181.577,52 dólares o lo que es lo mismo, 11.463 euros al mes. En Buenos Aires, casi los mismos metros (263) le salen a María José Ramudo -la corresponsal agredida esta semana en Chile- mucho más baratos: 2.113 euros mensuales. Los 200 metros de las oficinas de Bruselas y los 190 de las mexicanas contrastan con los «escasos» 88 de Londres y 94 de Roma (eso si, en la estratégica Via de la Conciliacione), ciudades con un mayor flujo de noticias. Los equipos de corresponsales se componen al menos de otras tres personas a parte del profesional que da la cara en la pantalla. Suponiendo que todos tengan el mismo tipo de vivienda, el gasto se multiplicaría por tres. En palabras de la propia Carmen Caffarel en la Comisión de Control Parlamentario de RTVE del pasado 22 de noviembre, «la nueva corporación va a disponer de una red exterior que le va a permitir ofrecer una información objetiva, y en aplicación del plan de saneamiento racionalizará los recursos y las interrelaciones en Televisión y Radio Nacional». ¿Racionalizar recursos? La mayoría de las corresponsalías de TVE no comparten oficinas con sus colegas de RNE con lo que esa interrelación entre radio y televisión pública en el extranjero, que en palabras de Caffarel «parece obvia», en la práctica no lo es tanto. La directora general también ha prometido que la nueva corporación mantendrá «la cobertura que tiene en todo el mundo porque es la que ha demostrado la potencia en información exterior de la casa». Pese a esta fortaleza en el exterior, es normal ver a cinco redactores desplazados como enviados especiales desde España para cualquier cumbre política que dura apenas un día. Muchos de estos profesionales que llevan toda una vida trabajando para Televisión Española se acogerán al ERE y tendrán que volver a España. ¿Podrán sus sustitutos aprovecharse de esta generosa «herencia»?
4 comentarios:
Esta entrada nos parece muy cachonda. Sabemos que los sociatas de nuestra casa,la cosa nostra, el ex-ente, volverán a acusarnos de.., ¿cómo era?... rencor! Ningún rencor, camaradas. Sólo libertad, una palabra que se os atraganta. Salud a todos y feliz año corporativo
Parece que hay algún valiente q
Un compañero del blog pretendía hacer un comentario personal. ¡Perdón por la "cagada"!
Corta y pega de La Razón. Muy elaborado. Enhorabuena.
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